24.11.11

Esto es lo que terminará con los artistas privilegiados

Los mismos que suelen defender la insaciable actividad recaudatoria (legal) de la SGAE, suelen acusar a la pirateria e internet de poner en peligro la propia existencia de las creaciones. Está claro que hasta hace poco, muchos de los auto-denominados creadores (que suelen ser músicos, como si fueran los únicos que crean), han formado una casta privilegiada: Trabajando muy poco han ganado mucho y gracias al comentado  notable poder de la SGAE han vivido muy bien. Ya he hablado de eso en anteriores posts.

Lo que nunca cuentan ni parece que quieren ver es que la tecnología aporta herramientas para poder crear a cualquiera. Y lo malo para los privilegiados es que una sola persona como  Jesús Orellanaen un año y en solitario, puede crear Rosa, un corto de ciencia ficción realmente espectacular, que no te puedes perder:



Sí, como lo oyes, una persona por su cuenta. Está claro que es un pedazo de artista, pero a pesar de todo resulta asombroso lo que ha sido capaz de hacer.

Lo que está acabando con los privilegios de la casta de creadores no es internet, ni el intercambio de archivos y mucho menos la piratería. Entre tanta mediocridad empaquetada por las grandes productoras, que tampoco paran de quejarse y de presionar a los gobiernos, las personas normales crean y comparten maravillas como esta. Y como millones de obras más, dibujos, blogs, fotos, cortos, largos, cuentos, música o reflexiones. El arte no está en peligro, hay más arte del que nunca ha habido,  a disposición de quien quiera cogerlo.

1 comentario:

Marener dijo...

tambièn lo creo, la pitrateria no termina con el arte, es el mismo artista mediocre que hace que su arte finalice. Por muchos files que las personas se compraten, si el artista es bueno, el aficionado al mismo tratarà de adquirir el orginal, aunque tenga en casa la copia. Por otro lado no dejo de decir que la crisis es la que està exterminando con las cosas, ya ni la creaciòn baja, porque se piensa en lo que se va a comer maniana, sin finalziar el dìa